En los últimos años, la figura del “Emprendedor” ha ganado un gran valor en la sociedad, lo cual es genial porque, a más emprendedores, más innovación, más riqueza y más oportunidades.
Sin embargo, creo que esta palabra se está utilizando mal.
Por ejemplo, en el libro Padre Rico, Padre Pobre, Robert Kiyosaki habla de los 3 roles que puedes elegir para generar ingresos:
Empleado. Vendes tu tiempo por dinero, tienes que cumplir un horario establecido y obedecer a tu jefe, que es el que te dice qué es lo que debes hacer.
Autoempleado. Tú eres tu propio jefe y tus ingresos dependen única y exclusivamente de ti.
Emprendedor. En vez de vender tu tiempo por dinero, lo inviertes en crear un sistema que genera ingresos por sí mismo de forma recurrente.
Como se puede observar, Kiyosaki no deja en muy buen lugar cualquier cosa que no sea ser “Emprendedor”.
Y muchas personas se han creído que, para ser emprendedores y que la sociedad (y ellos mismos) les valore, necesitan ser grandes empresarios, impidiendoles siquiera empezar.

Pero acompáñame para analizar los siguientes dos conceptos y entender adecuadamente qué es ser emprendedor.
Primero, ¿Qué es ser emprendedor?
Descubramos la propia definición de la palabra “Emprendedor”:
Persona que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras.
No hay duda de que, si queremos profundizar en el significado, en esta frase podemos identificar que la palabra “innovadoras” es clave, y su significado es:
Persona con la capacidad de crear o modificar un producto, introduciendo novedades.
Es decir, para ser emprendedor debemos "Introducir novedades" en nuestras acciones o empresas”, lo que significa estar en constante mejora y evolución.
Por lo tanto, cualquier persona con la capacidad de realizar lo anterior es un Emprendedor.
Segundo, ¿Cuál es la mentalidad de los emprendedores?
El otro concepto que debemos entender sobre un emprendedor es su mentalidad y sus cualidades especiales:
Innovación: Se entiende como el conjunto de ideas que apuntan a la solución de un problema determinado con un enfoque novedoso y diferente, aportando valor al proyecto en el que se está emprendiendo.
Adaptabilidad: Es la capacidad de ser flexible. Al tratarse de proyectos nuevos, la norma es que vayan transformándose para optimizar tiempos y procesos, y convertirlos en algo sólido y estable. La idea de la transformación constante es indispensable en cualquier proyecto de emprendimiento para permitirle a la nueva empresa adaptarse al entorno y a las circunstancias en las que se encuentre.
Paciencia: Los emprendimientos requieren tiempo para desarrollarse, asentarse y conseguir rentabilidad.
Determinación: Llevar a cabo un emprendimiento implica determinación para ejecutar las ideas y acciones pensadas, es decir, convertir una visión en realidad.
No obstante, seguro que estarás pensando que, para ser “emprendedor”, se debe tener en cuenta también la capacidad de generar beneficios.
¿Y cómo se generan beneficios?
Para generar beneficios, lo único que necesitamos es disponer de un producto o servicio y ser capaces de venderlo.
Entonces, ¿acaso un empleado no genera beneficios?
Por lo tanto, eso significa que TODOS tenemos al menos un producto con el que innovar y que podemos vender: NOSOTROS MISMOS.
En definitiva, tras realizar esta reflexión, mi conclusión es que la diferencia no está en ser emprendedor o no, porque todos somos emprendedores, sino en tu estrategia para generar dinero según tus objetivos.
¿Cuál es tu estrategia para generar ingresos a través de ti?
Estrategia 1: FUNCIONARIO
Si tu objetivo es encontrar un negocio seguro y tranquilo en un mercado poco exigente, entonces tu estrategia seguramente sea ser FUNCIONARIO. El precio a pagar será aceptar el límite para hacer aumentar tus ingresos.
Estrategia 2: CREAR TU NEGOCIO
En cambio, si tu objetivo es ser tu propio jefe y que sea el mercado quien tenga la capacidad de marcar tus ingresos, entonces la estrategia adecuada para ti es CREAR TU NEGOCIO. El precio a pagar puede ser, sobre todo al inicio, tener la capacidad de navegar en solitario y hacer frente a las dudas, las críticas, la inestabilidad y la incertidumbre.
Estrategia 3: EMPLEADO
Si no te interesa ninguna de las dos anteriores o todavía no ha llegado tu momento para tener tu propio negocio, entonces tu estrategia perfecta es ser EMPLEADO por cuenta ajena. Gracias al negocio creado por otra persona, podrás adquirir y mejorar tus capacidades y habilidades. El precio a pagar será vender tu tiempo por un salario, cumplir un horario establecido y depender de la valoración sobre tu rendimiento de un tercero.
Aumentar tus ingresos siendo EMPLEADO
Y llegamos al punto al que quería llegar, ¿qué podemos hacer para maximizar nuestros ingresos si trabajamos por cuenta ajena?
Para ello, adquiere la mentalidad de un emprendedor, identifica tus talentos, fórmate, rodéate de personas mejores que tú, sigue las tendencias, los sectores o profesiones donde más dinero pagan y conviértete en intraemprendedor.
Son trabajadores de una empresa con la inquietud de desarrollar innovaciones que pueden impactar positivamente en la compañía y mejoran su valor dentro del mercado.
De esta forma, harás que aumente tu valor para las empresas, y así podrás vender(te) tu producto más caro, ya que el tiempo y las veces que puedes venderte son limitados.
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